Las mujeres en México

La violencia de género es la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años en todo el mundo; lo que sitúa esta causa por delante de las muertes provocadas por el cáncer, los accidentes de tráfico o las guerras. (ONU)

Al menos el 70.1% de mujeres entre 15 años y más, han experimentado algún incidente de violencia o discriminación en su vida, ejercida por cualquier persona agresora.

Durante enero y febrero de 2023 en México se abrieron 43,562 carpetas de investigación por violencia familiar y de género. Esta cifra es 21% mayor al número de indagaciones registradas en el mismo periodo del 2022.

El 99% de las denuncias por acoso sexual, quedan impunes (CNDH).

En México, ocurren 11 feminicidios al día, de los cuales, el 11% es feminicidio infantil.

De enero a marzo 2023 reportan 149 llamadas al día al 911 por violencia de género (distinta a la violencia familiar). Se detectó que el C5 atendió 9 mil 548 llamadas al 911 relacionadas con violencia hacia las mujeres.

Se reportan 765 mujeres violentadas en su hogar al día y 65 son violadas. (CELIG, 2023).

En el país, los derechos de las mujeres son violentados e ignorados por las autoridades, quienes minimizan las violencias a las que se enfrentan las mujeres diariamente.

La violencia contra la mujer constituye una grave violación de los derechos humanos de la mujer, independientemente de cuándo, dónde y cómo se produzca. Hay muchas formas de violencia contra la mujer, las cuales pueden tener numerosas consecuencias sanitarias negativas para ellas y sus hijas e hijos.

La violencia contra la mujer puede provocar traumatismos y problemas graves de salud física, mental, sexual y reproductiva; incluidas infecciones de transmisión sexual, VIH, embarazos no planificados y en casos extremos puede provocar la muerte.

​Muy a menudo los efectos de la violencia perduran toda la vida. La violencia, en todas sus formas, puede afectar al bienestar de la mujer para el resto de su vida. Es un hecho inaceptable y por eso no puede ignorarse el riesgo de violencia al que se enfrentan las mujeres, sus hijas e hijos durante la crisis actual debido a la pandemia de COVID-19.

​Si podemos prevenir la violencia contra la mujer o ayudar a sus víctimas estaremos contribuyendo a salvaguardar sus derechos humanos y promoviendo su salud física, mental y su bienestar a lo largo de toda su vida. Eso ayudará a aliviar la presión sobre servicios públicos ya desbordados, incluido el sistema de salud.

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